ÉRASE UNA VEZ QUE SE ERA...
que la palabra dejó de ser tinta
para ser revoloteo
en la yema de los dedos...

Y las letras fueron hiedras;
frondosas lianas tocando el cielo.
Fueron primavera floreciendo;

... y apareciste tú...
tú,
que ahora nos lees...

Y se enredaron nuestros verbos,
nuestros puntos y comas,
se engarzaron nuestras manos
cincelando sentires y cantos.

Entre líneas surcamos
corazón al mando; timón
de este barco...

©Ginebra Blonde

jueves, 12 de julio de 2018

Puente



(Aire/Añoranza/Epifanía)

Caminé desnuda en el toldo sinuoso del infinito, buscando tu mirada, ese profundo elixir que en tiempo y vida mis heridas subsanaba. Te miré... observabas la panorámica nevada que te mostraba el horizonte y fijaste tus ojos en un punto lejano, una silueta pequeña que trataba de mantener su diminuta sonrisa, arrodillada y cabizbaja, me sentía cubierta por una gruesa capa de nostalgia, la misma que te cubría, el dolor de tu pecho brotaba formando un rictus de tristeza en ese rostro que antaño siempre sonreía.

Abrazada a ti, deambulé sigilosa por tu mente, deseando en tus recuerdos encontrarme, recorrí la senda, guiada por el sonido de tu voz, intentando retenerme en tu camino y eclosionar nuevamente en tu destino. Estuve frente a ti, iluminada por el brillo de tus ojos, como antes, como siempre, me alimenté tantas veces de tu aliento, mitigué la sed bebiendo la humedad en el refugio de tu piel, fui carne entre tu carne, aroma de tu orgasmo, música brotando de tu pecho, fui seda vaporosa entre tus dedos, fuego entre tus brazos, aliento único que tu alma dibujó entre mis piernas, convertida en un instante retenido en tus pupilas, eterno, sublime, ... fui pasado en el frío cáliz del arrullo de tu beso.

Te amé, amé la sombra de tu nombre, amé la sonrisa de tu cielo, te amé con el corazón cuando creí que ya no amaba, te amé con la intensidad dormida en las estrellas de mis madrugadas y porque te amo...

Formo un puente colgante en el infinito, lo hago con el último aliento que cimbra mi cuerpo, tensando los hilos forjados con gotas de te quieros, ato el espasmo nacido en el centro de mi vientre, entre caricias detenidas en el tiempo, amarro el verbo guardado en el rincón de tu sexo y el poema derramado en el volcán activo de tus sueños, relleno los huecos con el aroma que me marca y me señala como tuya, el que perfila tu silueta en mis noches y recubro con mi alma diamantina tu camino.

Siento tus pasos como pequeñas puñaladas en mi pecho, me abro frágil a mis miedos y sucumbe mi cuerpo debilitado, cuando el último latido de tus pies descalzos ya no siento, tenues gotas brotan de mi cuerpo, dulce y serena me diluyo con el viento volviéndome aire, cuando veo nuevamente la sonrisa en tus labios y la esperanza renaciendo desde tu pecho.

Quiero la luz brillando en tu horizonte, allí.. al final de este puente, donde la vida te espera iluminando tus sueños.

©Ame

Relato perteneciente a la propuesta "Elementos"



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Gracias por tu visita y tu compañía... ©Gin

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