ÉRASE UNA VEZ QUE SE ERA...
que la palabra dejó de ser tinta
para ser revoloteo
en la yema de los dedos...

Y las letras fueron hiedras;
frondosas lianas tocando el cielo.
Fueron primavera floreciendo;

... y apareciste tú...
tú,
que ahora nos lees...

Y se enredaron nuestros verbos,
nuestros puntos y comas,
se engarzaron nuestras manos
cincelando sentires y cantos.

Entre líneas surcamos
corazón al mando; timón
de este barco...

©Ginebra Blonde

miércoles, 31 de enero de 2024

Los elementalistas

 


(Chie Yoshii)


En este un mundo, existe un fenómeno cuya fuerza misteriosa emite una luz que irradia un extraño magnetismo de paz y serenidad. Es la diosa del bien y la bondad, que tiene la capacidad de manipular elementos naturales a su voluntad. Algunos seres también pueden controlar el fuego, mientras que otros son capaces de controlar el agua, la tierra o el aire. Se llaman elementalistas; seres llenos de luz que desprenden un áurea enigmática y que han aprendido a vivir en armonía con los elementos.

El clima evoluciona de una manera distinta. El aire se regenera gracias a los elementos controlados por la mente de los elementalistas, logrando ciudades autosuficientes y sostenibles que se integran con la naturaleza. También hay otros seres que cohabitan en este mundo. Los bosques están poblados de criaturas mágicas: unicornios, elfos, duendes y hadas, que coexisten con los animales y humanos en completa armonía, comunicándose a través de un lenguaje telepático.

La experiencia y saber de los ancianos es el equilibrio que nos mantiene unidos en este mundo de posibilidades infinitas al que pertenezco como elementalista del aire. Desde pequeña, he aprendido a dominar las corrientes de viento, a sentir su energía y a utilizarla en bien de mi comunidad. Junto a mis compañeros trabajamos con la diosa del bien y la bondad para mantener la armonía y el equilibrio. La vida es tranquila y pacífica, gracias a la influencia de la diosa y la sabiduría de nuestros ancianos. Las ciudades son sostenidas por el poder de los elementalistas del aire y reforzadas por los de la tierra. La combinación de ambos elementos crea ciudades donde las casas se entrelazan con los árboles y las calles se convierten en bosques en miniatura.

Caminar por estas ciudades es como adentrarse en una obra de arte, con flores de colores intensos que bailan al compás del viento y árboles que florecen en todas las estaciones del año. Los elementalistas del agua utilizan su poder para purificar el agua de los ríos y mares, mientras que los del fuego crean el calor necesario para calentar los hogares y mantener la energía de las ciudades.

En este mundo la coexistencia entre humanos, animales y criaturas mágicas es algo natural. Los unicornios se pasean por los bosques, los elfos y las hadas, ayudan a preservar la flora y fauna, y los duendes son guardianes de la tierra. Pero como elementalista del aire, sé que aunque la paz y la armonía reinan en este mundo, también existen desafíos y enemigos que amenazan su equilibrio. Las fuerzas oscuras desean acabar con la diosa del bien y la bondad, y con ella, nuestra capacidad de controlar los elementos para el bien común. Es por eso que nosotros, los elementalistas; nos hemos unido en una batalla constante para proteger a nuestra diosa y mantener la paz en nuestro mundo. En nuestra lucha, hemos descubierto que la clave para derrotar a estas fuerzas malévolas reside en el amor y la compasión. Nuestros poderes están fortalecidos por el respeto y la empatía hacia todos los seres vivos, incluso aquellos que han caído en la oscuridad. Con cada batalla que ganamos, nuestra luz se expande y la bondad se extiende por todo el mundo.


(Relato perteneciente a la propuesta de Variétés: “Un nuevo mundo”)

4 comentarios:

  1. Ohh ese mundo maravilloso con elementales y seres mágicos!
    Muy bonito!

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  2. Hay seres como bien lo llamas mágicos, que nos revolucionan la vida, pero que sería si no fuera asi. Un bello texto. Un besote, Nuria.

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Gracias por tu visita y tu compañía... ©Gin

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