(Autor: ©Arturo Martínez Molina)
(Waldemar Strempler)
Tan solo era un simple niño que viajaba en el vagón con mis
padres, junto a otras muchas personas que siempre estuvieron enfrentadas entre
sí ya fuera por ideas políticas o sociales. Mis padres eran de derechas, por lo
que en ese aspecto, no congeniaban con la mayoría que se declaraba de
izquierdas.
Mientras el
tren avanzaba hacia su destino, algunos habían resucitado esas discusiones sin
sentido ahora, aduciendo que no se hallarían en esa situación de no haber sido
tan irresponsables de no haber apoyado opciones de izquierda para evitar lo que
ahora les tocaba sufrir, defienden con fervor ante otros que les rebatió que de
nada hubiese servido lo que proponen. Se acaloran en la defensa de sus
argumentos, al reprochar a los conservadores la hiperinflación en que sumieron
los suyos al país y los arruinó.
Finalmente otro hombre que había permanecido
en silencio, se dirigió a todos para detener la inútil confrontación verbal que
mantienen.
• ¿No os
dais cuenta de que estamos en el mismo barco todos, seamos de derechas o
izquierdas?, ¿por qué exactamente estáis discutiendo ahora mismo? —comentó para
acallarlos al molestar al resto de los ocupantes del vagón.
Al fin
callaron de una vez, conscientes de que llevaba toda la razón.
A mis doce años observaba la escena sin entenderla del todo,
mis padres me habían dicho que nos llevaban a un lugar en el que estaríamos
bien... ¡Aunque algo me decía que era una mentira piadosa!, pensaba sin llegar
a decirlo en voz alta.
Todos eran judíos hacinados en un vagón de carga, camino de
un campo de concentración... Pero los padres intentaban mantener la poca
esperanza que les quedaba a los niños, de que todo iba a ir bien y no estaban
en una situación dramática.
(Relato perteneciente a la propuesta de Variétés: “Collage”)
Una realidad que por desgracia no está muy lejana y que debemos tratar por todos los medios que no se vuelva a repetir.
ResponderEliminarUn drama que paso esperemos nunca más volver a vivirlo.
ResponderEliminarY en algo te diré que estoy de acuerdo discutir por política es peder el tiempo.
Un saludo.
Nadie puede entender cómo se pudo llevar a cabo ese exterminio. Buena mirada del tema desde los ojos de un chaval de doce años.
ResponderEliminarUn abrazo a ambos