(Autora: ©Tracy)
Una Eva bellísima, cuyo rostro
irradia PAZ, conseguida tras encontrar la salida del LABERINTO en el que la introdujo el
Creador y que fue el origen de esas profundas ojeras que enmarcaban sus
preciosos ojos color esmeralda...
Por fin había vencido al MIEDO que le produjo la desobediencia a
la orden tan extraña de no poder comer fruta del "Árbol de la Ciencia del Bien y del
Mal", pero si todas sus manzanas estaban podridas... Ella escogió la que
menos picaduras tenía, con aquella desobediencia no quería ser diosa, ¿Qué es
ser diosa?, lo que quería era ser mujer,
justamente lo que se le prohibía.
No se equivocó esa manzana podrida,
ese mordisco deseado, le facilitó la LLAVE
para entrar en el verdadero Paraíso, gozando de la libertad más absoluta y
desatando las cintas que la tenían subyugada y atada a la misteriosa
prohibición.
Enseguida esas cintas opresivas, se
convirtieron en bellas flores que enmarcaban su rostro, por primera vez, se vio
reflejada en las aguas del arroyo, era hermosa, estaba exultante.
Miró a su alrededor y contempló el
futuro que le esperaba: una ciudad en la que vivir rodeada de verdes campos con
surcos dispuestos para dar su fruto.
Se contempló vestida con elegancia,
su rostro resplandecía...
Si la viera ahora Adán..., seguro que
se arrepentiría de no haber seguido su consejo.
Ahora no estaría arando la tierra con
el sudor de su frente.
(Relato perteneciente a la propuesta
Que bien lo has escrito, con elegancia y estilo has puesto a Eva donde le pertenece.
ResponderEliminarUn besote