Plena, Libre Y Viva

 

(Autora: ©Ginebra Blonde)

“La jactancia, como la armadura dorada, 
es muy diferente por dentro que por fuera 
(Diógenes de Sinope- el Cínico)”

A veces la vida te concede un paréntesis; un alto en el camino, no siempre voluntario, pero que supone un antes y un después. Como un proceso que (te) genera la maravillosa oportunidad, a pesar de las circunstancias, de meditar más allá del tiempo y las obligaciones de este mundo que nos presiona y aprisiona en una vorágine de estrés físico y emocional. Es como si de la mano de un extraño conjuro, fuesen evaporándose aquellas nimiedades que, antes, ocupaban un lugar considerable en tu vida. Y bendita magia, esa que te va desprendiendo de esas virutas que colapsaban el flujo de tu respiración y vitalidad. De pronto, se te ofrece el beneplácito de cribar y discernir entre aquello que, sabes o sientes, perjudica o no seriamente tu existencia.

                                          

El cinismo es una corriente, muchas veces demoledora, que se explaya entre quienes apreciamos la vida y todo lo que ella conlleva, desde otra perspectiva o filosofía. A veces, como un virus que pretende contaminar y hacer adeptos en ese vacuo camino que pone en evidencia tanto de lo que carece.

“La jactancia, como la armadura dorada, es muy diferente por dentro que por fuera (Diógenes de Sinope- el Cínico)”

 

Desgraciadamente, el mundo no nos lo pone nada fácil debido a  tantas de las cosas que vemos o padecemos a diario; y es entonces cuando el camino se bifurca en dos direcciones que tendrán que convivir sabiéndose y rozándose; pero de nosotros dependerá optar por la fácil: la cínica y oscura. Aquella que se rinde y tilda la vida de negatividad y desesperanza, que se burla e insulta…, u optar por la difícil y dura: la libre de cargas y pesadumbres. Aquella que, a pesar de las aflicciones, lucha esperanzadora y heroica ante un camino plagado de piedras.

 

Y muchas fueron esas piedras que tuve que ir apartando de mi camino, ya desde niña. Hoy, mis pasos son más firmes y duros, y, aun cuando muchas veces me tambaleo y caigo, sé distinguir entre esas dos líneas que se muestran ante mis ojos; y desde mi posición: esa de luz a pesar de saber en mi propia piel la crueldad de la oscuridad, y con mis propias sombras, grietas e imperfecciones, sigo impoluta y diáfana defendiendo la humildad y la honestidad; porque, solo así, me siento plena, libre y viva.   

 

©Ginebra Blonde

(Texto perteneciente a la propuesta: "Cinismo")