Mosaico:
Secuencia: "Los pájaros" Alfred Hitchcock
(Autora: ©Campirela)
Mis
recuerdos de esas semanas en casa de mis tíos fueron una pesadilla de mi corta
vida.
Los motivos
no sé cuáles serían que mis padres decidieron dejarme dos semanas con la
hermana de mi madre, apenas la conocía, tenía vagos recuerdos de ella y de mi
tío. Ellos eran la única familia que le quedaba a mi madre y al no tener hijos
siempre les hizo ilusión que fuera a visitarlos, pues para ellos era como tener
a una muñeca para cuidarla, lavarla y mimarla, no se daban cuenta de que mis
años de niñez dieron paso a ser una adolescente con trenzas y pensando en cómo
sentirme más linda cada día.
Mi cuarto era
oscuro, pero también es cierto que en esas dos semanas el tiempo fue de lo más
desapacible, cada mañana la niebla invadía el paisaje, apenas se veía el gran
jardín que rodeaba la mansión de mis tíos.
—Carla, querida, te hemos dejado unos libros
encima del escritorio, hemos pensado que tal vez te interese leer algo más que
cuentos de hadas y duendes, estoy segura que te gustarán.
—Gracias tía, menos mal que te has dado cuenta
que ya no soy esa pequeña muñeca a la que peinar todos los días.
—Bueno, Carla, no eres un bebé pero tampoco
una dama, para eso todavía te queda.
Así zanjó la
charla de esa mañana, cerró la puerta y la oí cómo sus tacones crujían
bajando las escaleras.
Ojeé por
encima qué clase de novelas eran, y me llevé una sorpresa pues estaban escritas
en inglés, eso quería decir que mis padres la habían puesto al corriente que mi
dominio del idioma era excelente, eso me gustó, un detalle por su parte.
Miré por mi
ventana y la niebla hacía de las suyas pues la mente se fijó a lo lejos y creí
ver a otra joven de mi edad sentada en el suelo, pero sus ropas eran demasiado
livianas para el frío que hacía.
La semana
transcurrió bastante tediosa, los paseos no eran largos, solo dentro del
recinto de la casa y las horas me las pasaba leyendo y oyendo de vez en cuando
sonidos extraños, era como aleteos y graznidos, llevábamos tres días que a la
misma hora una bandada de cuervos se posaban en la verja de la casona.
La décima
noche de estar allí, descubrí una llave en el tocador, estaba dentro del cajón,
la cogí y claro, obvio, tenía que descubrir qué era lo que ella abría, fue
fácil, pues casi todas las puertas de la casa estaban abiertas, sólo debería
encontrar las cerradas, así que esa noche aguardé a que mis tíos estuvieran
durmiendo bien profundo y con un candil por no dar las luces me puse a
investigar. La sombra de mi camisón y la luz que pendía la vela era
fantasmagórica, he de decir que el miedo casi me vence, pero la curiosidad era
muy grande así pues seguí descalza a ver si daba pronto con la habitación que
abría esa llave.
Casi me di
por rendida cuando detrás de la cocina bajo unas cortinas allí había una puerta
cerrada, metí la llave en la cerradura y, eureka, se abrió. Todo estaba oscuro,
apenas distinguía qué había dentro pero en el momento de poner el candil para
ver, una mano se posó en mi hombro...
—¿Carla, qué
haces aquí?
—¡Dios, que
susto me has dado! Tenía hambre y vi que en la nevera no había leche, pensé que
aquí la encontraría.
—Anda, eso
no es lugar para la leche, dame la llave y ve a dormir ya te llevo un vaso a la
cama.
Mi
investigación se dio por terminada, y lo peor, me quedé sin saber qué se
ocultaba tras esas cortinas y esa puerta, pues la llave no la volví a ver.
Las cinco
noches que me quedaban para finalizar mi estancia fueron horribles, aquellos cuervos cada vez
se amontonaban más y sus graznidos eran insoportables, mis tíos no entendían
qué pasaba, pues las noticias solo decían que había un tornado a doscientos
kilómetros de nosotros y que se avecinaba un cambio brutal en el tiempo. Tal
vez esos cuervos estaban huyendo o tal vez querían algo más, solo sé que cuando
vi mis ojos reflejados en el espejo eran de absoluto horror, detrás de ellos
unas manos salían de algún lugar y aquellos malditos pájaros no dejaban de
mirar a través de la ventana...
¡Guau! Qué buena te ha salido esta historia de miedo... El final es redondo, impresiona mucho esa imagen de la presencia y los pájaros mirando... ¡Enhorabuena!
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias a Ginebra y gracias Volarela acabo de ver que ya están todos los participantes y voy leyendo, es sensacional por qué no decirlo lo bueno que somos ajajjaja . Gracias, por hacer momentos tan lindos Ginebra muakkkkkkkkkk.
ResponderEliminarGracias siempre a ti por tu bellísima compañía, preciosa 😊
EliminarBsoss y cariños enormes 💙
Qué preciosa la historia! Miedo!!!! me encantas!
ResponderEliminarReto más que superado!
beso enorme!
Arropate bien que esta es de noche de terror ajajjaj. Muchas gracias mi lunita. Un besazo cielo.
Eliminarcomo ha cambiado la curiosidad a intriga y luego a miedo. has hecho un crescendo magnífico y lo dejas justo antes de lo peor
ResponderEliminarhas transmitido muy bien el espíritu de la, peliculs
Besoss campi
Muchas gracias amigo me alegro que así lo has asentido .muakissss
EliminarEsta película tiene, ami gusto, ese punto de impaciencia y de poder hacer algo y por qué no se hace.
ResponderEliminarTú has expuesto momentos que acaban en ese instante donde, como dice Gabilante, todo puede ir a peor pero ahí queda...
Te felicito, Campi. Un beso enorme.
Muchas gracias Mag, la película en sí es un continuo estrés ...Un besote grandote.
EliminarUn tenebroso relato muy de acuerdo con la secuencia elegida y la peli de Hitchcock, en total armonía con la descripción de esos pajarracos que me han puesto los pelos de punta al leerte.
ResponderEliminarajjaaja, la verdad que esos pajarracos son desagradables hasta su sonido te hace chasquear los dientes. Un beso y muchas gracias .
EliminarHola Guapa , yo creo que la protagonista una vez que vengan sus padres esta yo no vuelve a casa de sus tíos ni muerta , jajajajaj la verdad es que me has tenido sueper enganchada , es bueno si señor , besos y feliz día amiga mía , besos de flor.
ResponderEliminarLas gracias siempre a ti Flor por tus cariñoso comentario. Un besote y grande muakkkk
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