Y se durmió en la cuna del ensueño... entre las sábanas de
seda y la almohada del silencio... y llegó a ser...
Sirena en el mar de los sueños... rompiendo las olas... desde
el sur del océano hasta al este de la playa...
Y Reina Azul... danzando hacia
lo más alto del cielo azulado... y no sentía vértigo...
aunque sus ojos añiles mirasen más allá del universo... en la noche estrellada... intentando traspasar la
sinfonía de la naturaleza... escuchando la sonata Claro
de Luna...
Y también llegó a ser en sus sueños... La Princesa del
cuento... dirigiéndose hacia el Corazón del Palacio... al encuentro de su
Amante Secreto... para tejerla el alma con ropas brillantes...
Venus de Milo... siempre así la nombraba... y su lugar de culto era su cuerpo...
para ser orado por la Basílica de sus labios en el Templo de La Sagrada Familia... la mejor obra de las
arquitecturas... rezando el credo en el Santuario
de su cielo... abierto de par en par... a la espera de ser adorado...
Faltaba poco para que la temporada de esquí finalizará, las
habitaciones iban quedando vacías y la soledad se olía por los pasillos, otra
año más las cuentas cuadraban había sido un gran invierno de nieve.
—Recuerdo cuando llegué de ver las Pirámides de Egipto el
calor todavía seguía dentro de mí a parte del misterio de los escarabajos los
traía guardados en la maleta, creo que me llagarán para todos y espero que la
suerte nos acompañe._
No sé si esos colgantes fueron los que ese año nos dieron
suerte pero tuvimos completo toda la temporada.
La última semana me llamó un antiguo amigo de aventuras
Erick, preguntando si aún había una posibilidad para vernos aunque fueran solo
unos días pues viajaba a América con su grupo de danza y estaría de gira más de
una año, para despedirse quería pasar unos días tranquilos en la montaña donde
nadie le interrumpiera su ansiado relax.
Su llamada me llenó de alegría, hacíamucho tiempo tuvimos una aventura y he de
decir que era un buen amante, siempre supimos que lo nuestro era amistad con derecho
a satisfacer nuestros deseos, por eso cuando dejamos el sexo y la pasión de
lado, la relación se mantuvo con ese cariño de dos adultos que sabían que
aquello terminaría pero sin dolor ni reproches.
Cada veinticinco de Diciembre su tarjeta de felicitación
navideña y un regalo nunca faltaba, este año me hizo mucha ilusión pues recordó
que le dije que me gustaría tener la primera edición Del Nombre de la Rosa y
fiel a ello la mandó envuelta en una caja preciosa donde su tapa estaba
decorada como un cuadro, de hecho me recordaba a Las Amapolas del gran Monet.
Aquel viernes por la tarde, el pequeño hotel se había quedado
vacio del todo, solo quedábamos cinco empleados, el monitor y el guardes, este
cuidaría de él hasta abrirlo la próxima temporada.
Mientras esperaba a mi amigo, me puse música y en esta
ocasión deseaba algo místico no sé porque necesitaba dar gracias por todo lo
bueno que me había pasado y rezar era una buena opciónque mejor que escuchar I Say little prayer
for you.
Pasada la media noche oí llegar un coche, me asomé a la
ventana y allí estaba él elegante como siempre, corrí hacia la puerta y antes
que llamara ahí estaba delante de ese hombre que un día lejano en una
exposición en Italia nos unió un cuadro Il Penseiro, tal vez fuera algo el
destino pues aunque alejados siempre nos teníamos en ese pensamiento.
Fue estupendo el fin de semana, Erick me contó todos sus
proyectos, yo también los míos, y entre risas y recuerdos transcurrió rápido el
tiempo, la última noche decidimos ver películas y entre risas y nostalgia decidimos
ver otra vez Lady Halcón, los dos sabíamos el significado, nos miramos como esa
primera vez y nos besamos... fue la última vez que nos amamos.
Ha pasado mucho tiempo seguimos siendo grandes amigos,
distintas vidas pero la amistad y la lealtad siempre estaráncon nosotros.
Sentada frente a la ventana, mirando hacia la nada, me
estrujo el cerebro pensando en qué escribir para enfrentarme nuevamente al reto
que propone Ginebra. Sus famosas iniciativas son muy estimulantes, pero a veces…
me lanzan al vacío y por qué no decirlo, al ataque de nervios.
Esta vez es más complicado porque las consignas a tener en
cuenta son muchas y variadas.
¿Quién me manda a meterme en estos berenjenales?
¿Por qué todas mis Musas han huido despavoridas dejando una
estela de polvo cósmico a su paso?
¿Por dónde empezar?
Mordisqueo el bolígrafo (porque nunca puedo escribir
directamente en el ordenador) y el cuaderno en blanco me lanza señales
inequívocas e impacientes, sus renglones deseosos de ser entintados… ¿Qué puedo
escribir?
Leo y releo los ítems a tener en cuenta pero nada, nada de
nada. Cero. Vacío. Mente en blanco.
—“Bueno, aquí lo dejo, no doy más. Me voy, no puedo escribir
nada, soy un desastre total. Renuncio, paso de todo. No se me ocurre nada, no
tengo nada que decir. Punto”.
(Espérate, mmm ¿qué es esa pequeñísima luz abriéndose paso en
tus cansadas neuronas? ¡Deja que se manifieste! Relájate que esto es un juego,
no te tortures más)
Vuelvo a coger el libro que estaba leyendo anoche y me recreo
en la literatura de Saramago, su Evangelio según Jesucristo me hace vibrar de
emoción, mi piel se eriza, mi imaginación vuela y…
¡Eso!
De repente con toda la inspiración a trompicones, recuerdo
muchas de las cosas más bellas que vi en mi vida ¡y que se ajustan totalmente
al reto! ¿Cómo no me di cuenta antes? Claro, como siempre estoy pensando en vez
de dejarme sentir y que sean las emociones las que me vayan guiando.
Pongo música para dejarme llevar, suena entonces Bach y su
Cello suite nº 1 que empieza a envolverme con su intensidad y comienzo a
dejarme llevar por la dulzura del sonido.
Cierro los ojos y ante mi aparece majestuosa la visión del
cuadro “El nacimiento de Venus” con el esplendor del color, de las figuras, de
la maravilla que expone la pintura. Y ahí en ese momento acuden a mi mente
todas y cada una de las imágenes que llegan de pronto de mi viaje a “Un rincón
de la Toscana” como aquella preciosa película.
¡Qué bendecida me sentí de poder maravillarme ante tantísima
cultura y belleza! ¡Lo tenía todo condensado ahí! ¡Florencia!
La Galería degli Uffizi que no solo encierra la arquitectura
eterna del Renacimiento, sino que cobija maravillas del arte!
Cerrando una vez más los ojos volví a cada rincón de ese
esplendor a mis pies.
De pronto apareció ante mí la emoción que sentí cuando pude
entrar a ver al David de Miguel Angel, como cayeron mis lágrimas ante la
magnitud de la figura.
Estaba tan feliz ¡que hubiera podido ponerme a bailar allí
mismo! Y recordando ese momento vino a mi mente la música del Lago de los
cisnes, con su magia y su vuelo.
Aquí tengo todo lo que necesito para poder sentarme a
escribir, delante de mis narices.
Estoy rellenando la solicitud que me dará la oportunidad de
empezar otra nueva vida como maestra en una vieja Escuela
de Atenas, nada que ver con aquella sensación que me albergaba cuando
juntos preparábamos nuestras próximas Vacaciones en
Roma.
Todavía recuerdo la primera noche en aquella pequeña
habitación de hotel, nuestra pasión era mucho más grande que la propia cama y,
entre risas la bautizamos como Pasiones Romanas.
El amanecer nos sorprendió cuando todavía nos bebíamos a besos el uno al otro.
Qué nos importaba las dimensiones de aquél cuarto mientras nos tuviéramos.
Estoy segura de que durante aquella semana fuimos la envidia de los grandes
dioses del Olimpo. De ese viaje siempre traje el
recuerdo de sentirme como Psique en los brazos de su
Eros. El amor tenía nombre propio y fueron los nuestros.
Tal vez no llegáramos a conocer todos los monumentos que la
ciudad ofrecía, pero siempre me quedaré con aquella vieja tienda de
antigüedades donde adquirimos ese extraño cascanueces
que bien parecía un instrumento de tortura. Tú bromeabas con la idea de que no
nos dejarían subir con semejante aparato al avión, que nos detendrían por
amenaza a lo estético.
Sigo completando el formulario mientras tarareo la banda
sonora de aquellas vacaciones. Desde entonces yo me aficioné a la música
clásica y tú empezaste a firmar nuestros correos como Caruso.
Presiento que este nuevo destino tiene algo mágico que nos
aguarda y pronto nos lo revelará.Mientras tanto cuento los minutos hasta nuestro próximo reencuentro y poder
continuar con nuestra historia allí donde la dejamos. Bacio per bacio, non è
caro?
Y allí estábamos ambos...cansados...saciados uno del otro
como Venus y Marte en la obra de Botticelli. La noche había sido tan intensa
como el éxtasis de Gabriel... que llegó a volverle loco...y es que tú y
yo...siempre éramos Romeo y Julieta...sin avanzar y sin retroceder...
estancados en pecar... danzando uno sobre el otro al son de las cuatro
estaciones de Vivaldi "la primavera llegó..."
Lo cierto es que nos daba igual... primavera, que verano, que
otoño, que invierno... juntos vivíamos en nuestro mundo paralelo... y perdidos
entre los deslices de la carne esperábamos al siguiente amanecer para regresar
a la realidad.
Te miraba... no podía apartar los ojos de ti mientras
dormías... con tu larga melena extendida sobre mi almohada me recordabas al
David de Donatello... sonreí para mis adentros y es que por un momento recordé
tu erección... y la recordé como las columnas romanas y me vino a la memoria
aquella foto que se me veía tan diminuta junto a una de las del Panteón de
Agripa...
Pero lo cierto es que al final... siempre que nos
cruzábamos... no podía dejar de verte como ése momento mágico en que Jhony fue
a por Baby... "no dejaré que te arrinconen" en Dirty Dancing... y
simplemente nos dejábamos llevar por el torrente de deseo en que se convertía
la distancia entre tú y yo... cayendo una y otra vez yo en ti y tu en mí... una
y otra vez... una y otra vez...
QUERRÍA abrir los ojos cada mañana y que NADA pudiera
apartarme de ti, que se repitieran aquellos días sin salir de la HABITACIÓN DE
HOTEL, pequeña y cutre en la que nos refugiamos cuando éramos estudiantes y
vivíamos nuestro primer amor como lo vivieron ROMEO Y JULIETAa escondidas de los que nunca nos entendieron
ni en tu pueblo, ni en el mío.
Para nosotros la gran ciudad fue un páramo de libertades, era
todo tan perfecto que no podía durar y aquel hecho inesperado nos separó para
siempre: yo tuve que volver al pueblo y la película rosa que estábamos
viviendo, terminó.
Casi sin darme cuenta la claqueta de una nueva película para
mí, se puso en funcionamiento: ¡acción! UNO, DOS, TRES.
Esta vez el argumento era dramático: muertes, enfermedades,
penuria económica y tu silencio...
A veces llegaban noticias desde tu pueblo y así me enteré que
te iban bien las cosas como médico en Madrid, yo me alegraba y pensaba que igual
a ti te podría llegar la noticia de que yo en esa misma ciudad, vivía sola con
una hija: JULIA, incluso al oír el nombre, llegarías a pensar que era hija tuya
y se llamaba así en recuerdo de aquel amor que vivimos parecido al de los
amantes de Verona.
Ahora nuestra hija pertenece a la plantilla de músicos que
tocan en el AUDITORIO NACIONAL DEMADRID, construidosobre las
ruinas de aquella pensión cutre donde fue concebida.
La vida sigue y los recuerdos se amontonan...
Tantos círculos se van cerrando, que hospitalizada por el
Covid19, pienso que podrías ser tú el médico que me atendiera.