Tic-Tac

(Autora: ©Ginebra Blonde)

—Mi preciosa Leonor, no sé cómo te metes en esos líos novelescos, pero sabes que te apoyaré en lo que haga falta.

—Y tú también sabes que soy intrépida y cabezota. Esta criatura mía, es más que una historia tiñendo las páginas de un libro; lo que yo estoy disfrutando del viaje, ¡no tiene precio!

—Lo sé… También disfruto yo cuando te veo con esa sonrisita cómplice y tus ojos llenos de chiribitas mientras tecleas, pero… ¿no crees que dedicarle tantos años…?

—¿Años? ¿Qué importa el tiempo, Juan? Cuando uno hace lo que desea y le apasiona, el tiempo no es más que un tic-tac lejano que, de vez en cuando, te recuerda que debes bajar de la nube en la que estás. 

—No puedo quitarte razón. Sé lo que significa para ti esa nube en la que te balanceas hace ya… ni me acuerdo, pero, siendo realista, escribir un libro no es poca cosa…

—¿Realista? Este montón de páginas nada tiene que ver con la realidad; bueno, un poco sí… Pero, ¿quién busca realidad cuando sostiene un libro entre sus manos? Y sí, sé lo que me vas a decir, y en cuanto a esos libros nada tengo que añadir porque entiendo que son necesarios y enriquecedores, pero yo me refiero a esa lectura que te hace calzar esos zapatos con alas, y con los que viajar por cualquier confín…

—Solo tengo que ver tu rostro cuando hablas así, para saber que debes continuar con tu proyecto. Como siempre, aquí estaré yo para contemplarte, apoyarte y amarte.

—Lo sé, y por eso te amo hasta el infinito y más…

—Y volviendo a la realidad... Toca ponerse las pilas; ochenta años tampoco es poca cosa, y ya es la hora de recoger a nuestros nietos del colegio.

©Ginebra Blonde

Relato perteneciente a la propuesta: "Pisando Fuerte"