ÉRASE UNA VEZ QUE SE ERA...
que la palabra dejó de ser tinta
para ser revoloteo
en la yema de los dedos...

Y las letras fueron hiedras;
frondosas lianas tocando el cielo.
Fueron primavera floreciendo;

... y apareciste tú...
tú,
que ahora nos lees...

Y se enredaron nuestros verbos,
nuestros puntos y comas,
se engarzaron nuestras manos
cincelando sentires y cantos.

Entre líneas surcamos
corazón al mando; timón
de este barco...

©Ginebra Blonde

Participantes y textos de la convocatoria de octubre: "Mosaico"

Campirela/ Nuria de Espinosa/ Auroratris/ Gustab/
Susana/ María/ Marifelita/ Dulce/ Chema/ Lady_P/
Tracy/ Dafne SinedieGinebra Blonde.  

martes, 30 de abril de 2019

Física Aplicada




Era un día soleado de primavera. Estaba paseando por el parque del Retiro, para ser exacto por la zona sureste, cerca de la plaza de los delfines.

En una pradera en cuesta, me llamó la atención una chica que estaba sentada con los pies descalzos cruzados. Al lado tenía las ‘converse’ y los calcetines que se había quitado. Me fijé en que su libro tenía en la portada un globo aerostático. Me acerqué disimuladamente, a ver si era el libro que yo me imaginaba.

–Hola –me dijo mirándome mientras me aproximaba.
–Eehh, hola... Tenía curiosidad por saber si estabas leyendo ‘cinco semanas en globo’ de Julio Verne –le expliqué–. Veo que sí.
–¡Claro! Es un clásico. Además, soy profesora de física de 3º de ESO en un instituto, y me servirá para explicar el principio de Arquímedes a los chavales.
–¡Ahí va! Yo soy profesor a domicilio de asignaturas de ciencias. Matemáticas, física, química... Y tengo un blog en el que a veces cuento curiosidades científicas. Precisamente el verano pasado publiqué una entrada sobre ‘cinco semanas en globo’, en la que hablaba justo de lo que tú dices, el principio de Arquímedes aplicado a los globos aerostáticos.
–¡Ah, pues quiero verlo! –respondió ella sacando su móvil–. ¿Cómo se llama tu blog? Oye, y a todo esto, siéntate a mi lado, no te quedes ahí de pie.
–Te he visto muy cómoda, aquí descalza, hoy que hace calorcito.
–¡Pues no tengas envidia, hombre! Descálzate tú también si quieres.

No me lo tuvo que decir dos veces, me quité las deportivas y los calcetines. Hecho eso, le enseñé mi blog y concretamente la entrada sobre los globos, mejor desde mi móvil pues sabía cómo buscarla rápidamente. Parece que le gustó, y que teníamos inquietudes en común.

Ella me contó que, en los ratos libres que le dejaban sus clases del instituto, estaba escribiendo una novela juvenil de divulgación científica, del estilo de ‘la puerta de los tres cerrojos’ de Sonia Fernández Vidal. Pero, mientras que la de Sonia trataba sobre física cuántica, la de mi nueva amiga estaría más centrada en los sistemas de referencia y la relatividad. Se iba a titular ‘escapada por el espacio-tiempo’.

–He creado una página de Facebook en la que comparto algunos pequeños adelantos de mi libro, y sondeo a los seguidores sobre qué cosas les gustan más –explicó ella.
–Pues te voy a seguir desde ya. Oye, ¿y tienes perfil personal en Facebook? –pregunté.
–¡Claro! Me llamo Ainoa Sepúlveda. Soy la que sale con una gorra en la foto de perfil. ¡Agrégame!

Mientras me contaba estas cosas, nuestros pies desnudos se rozaron más de una vez sin querer... Y quizá no tan “sin querer”. Aparte de la afinidad espiritual, estaba surgiendo también alguna chispa a un nivel más físico.

–Vivo en Puente de Vallecas, relativamente cerca de aquí –me dijo–. ¿Tienes algo que hacer ahora? Si quieres vente a mi casa y te enseño los borradores de mi libro, que los tengo en el portátil.
–¡Oh, me encantaría! ¿Cómo vamos? ¿Andando, en bus...?
–He venido en bici –me dijo señalando una bicicleta con dos sillines encadenada a un árbol que había a dos metros de nosotros–. Suelo llevar atrás a mi sobrina, con su casco, seguridad ante todo. ¡Sube, que te llevo!

Acepté sin dudarlo su propuesta. Recogimos nuestras cosas y nos volvimos a poner las zapatillas y calcetines. Entonces ella me dijo en tono pícaro:

–Ahora tenemos que calzarnos, pero será por poco tiempo. ¡En cuento entremos en mi casa, pies al aire otra vez!


Relato perteneciente a la propuesta "El Sombrerero Loco"



4 comentarios:

  1. Ay, Chema, qué relato tan bonito!! me lo he imaginado y sentido... porque me encanta hacer eso cuando voy al Retiro, tumbarme sobre el césped, sentir la hierba bajo mis pies descalzos... ver el cielo desde ahí ... ay, que ya me he ido por los cerros de Úbeda. Me ha encantado leerte por todos los datos que aportas a una historia que bien podría ser el principio de otra historia.

    Mil besitos sonoros para ti y feliz noche.

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  2. Hola Chema ..sin duda eres tu en esencia pura ..me ha gustado mucho como lo has llevado ya que te identifico mucho en este relato , es como si nos contarás una experiencia en un parque con alguien que te llamo la atención y mira tu por donde sois como dos almas gemelas ..te felicito pq has logrado al menos para mi conocerte un poquito más ..
    Un besote guapo .

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  3. Un relato muy situado en el lugar adecuado. El retiro es el mejor escenario
    para que sucedan estas cosas, que seguro tendrán continuidad.

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  4. !Hola!
    Conocer a alguien con tus mismos gustos es increíble! suerte de ambos, flechazos a primera vista. Me encanto la ambientación de ese primer encuentro, el cortejo, el galanteo, la seducción, el flirteo, el factor de esa conexión intelectual. Muy regio!
    Saluditos

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Gracias por tu visita y tu compañía... ©Gin

Gracias por tu visita y tu compañía... ©Gin