Ali,
aliciente ¿qué me mueve a levantarme cada mañana cuando aún todo está oscuro?
Las lágrimas se han quedado impregnadas en la almohada, y en mi rostro se
percibe el surco de una riada.
¿Aliciente?
¿Qué me cautiva cada día a soportar el cansancio que me pasa todo un planeta en
mi costado?
Cada día:
prisas, ruido, gente, llegar a tiempo, no salir tarde. El reloj sólo tiene tres
minutos que siempre me hacen llegar el último. Y en el camino me encuentro
sufrientes, pobres, soledades, ecos anegados, gritos quemados, países
hambrientos, cañones lejanos que llenan el mar de extraños fugaces huyendo del
mal. Mujeres vestidas de rosa, otras calladas por el luto. Y este es el mundo.
Y a pesar de
todo, cada día me levanto, un abrazo ha evaporado las lágrimas de mi almohada.
Un rayo de luz ha iluminado mi mirada. Un beso ha borrado mis ojeras de la cara
y una sonrisa ha aliviado el peso de mi espalda.
En el bolso,
un libro de poemas me acompaña: "las batallas más importantes son las que
peleamos en el silencio de nuestra alma". Y el traqueteo del tren me
susurra que en un segundo estoy de vuelta a casa. Por el mundo que duele tanto,
ya rezo.
Relato perteneciente a la propuesta: "Alicientes"
Un buen texto donde la tristeza está presente , aún así es valiente y ese libro lleno de ilusión hace que su rostro vuelva a iluminarse ..me gusto ese aliciente ..
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias, Campirela, hay días que pesan mucho, pero siempre hay un rayo de luz.
ResponderEliminarBesossss
Me pareció muy potente a pesar de la tristeza que destila.
ResponderEliminarUn abrazo
vengo a leer tu texto, Maite. Comprendo esos días en los que el alma pesa como si llevara losas en las pestañas y, hay otros, donde el sol es una cálida caricia y es el viento el que se disfruta como una pluma.
ResponderEliminarUn beso enorme.
Muy bien plasmado lo mustio en la prosa, y ese aliciente que nos invita a no dejar la batalla por la felicidad.
ResponderEliminarSaludo