ÉRASE UNA VEZ QUE SE ERA...
que la palabra dejó de ser tinta
para ser revoloteo
en la yema de los dedos...

Y las letras fueron hiedras;
frondosas lianas tocando el cielo.
Fueron primavera floreciendo;

... y apareciste tú...
tú,
que ahora nos lees...

Y se enredaron nuestros verbos,
nuestros puntos y comas,
se engarzaron nuestras manos
cincelando sentires y cantos.

Entre líneas surcamos
corazón al mando; timón
de este barco...

©Ginebra Blonde

jueves, 30 de noviembre de 2023

Las brujas de la oscuridad

 


(Rusty McDonald)

La brisa acarició mi rostro mientras andaba por el sendero del misterio entre nubes blancas y grises. Con decisión crucé la puerta que dejó atrás el pasado. El paisaje que se reveló ante mis ojos era de una densa neblina. Me sentía extraña, como si caminase por un limbo de oscuridad.

De pronto, una voz susurró en mi oído: <Bienvenida a la morada del infinito, donde el tiempo no existe y los sueños se quiebran> Un escalofrío recorrió mi cuerpo. Recordé que el año anterior, durante la oscura noche de Halloween, había pedido un deseo y ahora, parecía estar en el umbral del infierno.

<Tú, que deseaste ver a la bruja de la oscuridad regodeándote en tu vanidad, cómo te atreviste a pedir semejante deseo.

Me estremecí, la voz parecía provenir de ninguna parte. Mis pupilas se esforzaron por capturar algo en medio de la densa neblina, pero solo encontraron oscuridad. La inquietud se apoderó de mí mientras avanzaba, hacia lo desconocido. De repente, la neblina se disipó y un paisaje aterrador se reveló ante mis ojos. Un cementerio abandonado se extendía frente a mí, con tumbas desvencijadas y cruces torcidas. Mi corazón latía con fuerza. Una cripta en ruinas se destacaba en medio del camposanto, su puerta de piedra gastada por el tiempo se abrió. Una vez más, aquella voz susurró en mi oído, pero esta vez más clara y cercana: "Entra, encontrarás aquello que anhelas".

Temblorosa por el miedo, abrí la puerta de la cripta. Su chirrido resonó en todo el lugar, como un lúgubre grito del más allá. La oscuridad era opresiva, casi irrespirable. Distinguí una débil luz y me acerqué, pero lo que encontré en ese lugar heló mi sangre. Sobre una losa yacía una figura envuelta en una sábana blanca, como si fuera un cadáver recién enterrado. El miedo y la inquietud de conocer respuestas me hicieron extender mi mano temblorosa y retirar la sábana de un tirón. La figura no era un cadáver, sino mi propio cuerpo pudriéndose. Mi piel se desprendía y las cuencas de los ojos estaban vacías. El terror recorrió cada fibra de mi ser mientras caí de rodillas incapaz de procesar lo que estaba presenciando. La voz sonó ahora en mi cabeza, pero esta vez con una risa irónica, burlona:

"Tu deseo se ha cumplido, aquí donde las brujas son dueñas de la oscuridad, serás eterna prisionera de tu propia vanidad".


(Relato perteneciente a la propuesta de Variétés: “Samhain”)


4 comentarios:

  1. Un oscuro relato que está genial, da un poco de miedo, esa es la verdad. Un besote Nuria.

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  2. El toque siniestro y de miedo le da un halo especial y muy logrado.
    Un beso

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Gracias por tu visita y tu compañía... ©Gin

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