ÉRASE UNA VEZ QUE SE ERA...
que la palabra dejó de ser tinta
para ser revoloteo
en la yema de los dedos...

Y las letras fueron hiedras;
frondosas lianas tocando el cielo.
Fueron primavera floreciendo;

... y apareciste tú...
tú,
que ahora nos lees...

Y se enredaron nuestros verbos,
nuestros puntos y comas,
se engarzaron nuestras manos
cincelando sentires y cantos.

Entre líneas surcamos
corazón al mando; timón
de este barco...

©Ginebra Blonde

jueves, 4 de agosto de 2022

 

UN RETO: UNA IMAGEN
 
(Autora: ©Zoraida)
 
Me gustan las ciudades donde aún hay terrazas a las que subir y hacer equilibrios sobre los sentimientos propios. Terrazas en las que esperar las noches de luna llena y conjurar hechizos de amor, aliviar los calores del estío o espiar las luces de las casas lejanas y, a través de sus sombras, inventar la vida de sus habitantes.
Recuerdo todas mis terrazas. La más querida aquella en la que aterrizaban aviones de papel, con mensajes escritos en clave, que mi primer amor me enviaba y que yo le devolvía.
 
Desde las alturas la ciudad se vuelve pequeña. Los secretos quedan al descubierto.
Desde donde estoy veo una calle bulliciosa en la que un hombre cambia de acera cuando alguien conocido se acerca por la otra; un mendigo oculta su cabeza entre las piernas ajeno a todo lo que le rodea, ajenos todos a su presencia; una pareja entra besándose al café de la esquina; unos jóvenes ruidosos celebran la amistad, exaltada por los efluvios del vino; y una señora con zapatos rojos camina apresurada entre el gentío.
 
Nadie me intuye observando. Nadie se vuelve hacia arriba.
Desde la terraza una lágrima cae, una risa resuena... y todo, el viento se lo lleva. La vida pasa en la vorágine del asfalto y se cruza en las aceras mientras yo bailo en la terraza, descalza, ninguna mirada sobre mí.
 
©Zoraida
 
(Texto perteneciente a la propuesta trimestral de “Variétés”)

1 comentario:

  1. No debe haber mayor libertad que la de no ser observado por nadie, y al mismo tiempo ser el único que observa al resto de los mortales, con sus alegrías y sus miserias. Pero cuidado, porque igual hasta los mismos Dioses son observados! Bonita reflexión! Saludos!

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Gracias por tu visita y tu compañía... ©Gin

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