La Dama De Los Sombreros

Era el día señalado todo estaba previsto, el lugar había sido escogido a capricho, un castillo a las afueras de la ciudad, la ubicación  venía en el invitación no había problema en llegar a él.

Las modelos estaban todas en su lugar, había una vida en la antesala de la pasarela que flotaba  alrededor, la decoración era exquisita, los jarrones  estaban con las peonías y dalias rojas formaban un pequeño paseo por el cual horas más tarde daría comienzo el desfile.

Apenas faltaba menos de media hora cuando el auxiliar asistente llegó con cara pálida al encargado del evento para comunicarle que todos los sombreros que tenían que salir a pasarela habían desaparecido.

Aquello fue un desastre, los gritos eran desoladores, todos buscando por todas partes, las modelos eran simple espectadoras ellas solo eran las portadoras de aquellas obras de arte

"Los sombreros".

Fue cuando en pleno desastre apareció ella una mujer madura, elegante, misteriosa y sobre todo enigmática, su sola presencia hizo que de repente el silencio fuera absoluto y las miradas fueran hacia ella.

_Buenas tardes ..me llamo Gisel Chardin me ha enviado la agencia de modelos para desfilar en su desfile de esta noche, me gustaría saber a quién debo dirigirme.

_Señorita soy Alfredo el encargado del evento, usted me perdone pero no tengo constancia de que una nueva modelo vendría a última hora, la verdad que no sé si podremos hacer el evento..

Gisel, dio un paso al frente y casi al oído le dijo algo que él echó la vista hacia abajo y vio una sombrerera de un tamaño grande con su lazo rosa intacto.

Él mismo cogió la sombrerera y se dirigió hacia el despacho, ella le siguió en silencio y los demás quedaron como absortos por la situación que se estaba dando.

La puerta quedó cerrada y solos en la sala se miraron desafiantes él porque no entendía lo sucedido y ella expectante de lo que iba  acontecer en ese instante.

Al abrir la caja de sombreros fue como abrir la caja de pandora, los sombreros flotaban en el aire como por arte de magia, salían de todos los colores, de todos los modelos y cada uno  de ellos se colocaba sobre la mesa del escritorio hasta que el último de ellos fue derecho a la cabeza de Gisel, era el más lindo de todos, su color rosado daba un brillo especial en aquella mujer que ya era linda pero con esa gran pamela su belleza eclipsaba todo lo que había alrededor.

_Cuando llegó la hora del desfile cada modelo tenía su sombrero, brillaban como luciérnagas en medio de los focos, rodeadas de tanta belleza. La pasarela estaba convertida en un pequeño jardín y el aroma era embriagador, los aplausos de los asistentes eran constantes ..

Al finalizar, dejó de sonar la música para dejar paso a una tenue luz y una leve arpa era el sonido reinante cuando apareció ella Gisel, era como ver a un hada flotar, sus movimientos firmes pero suaves, la elegancia personificada y ese sombrero era mágico, desprendía algo que hipnotizaba el ambiente todo era como un flotar, la gala no podría haber sido más perfecta.

Llegó la hora de cerrar y recoger todo, las modelos y todo el equipo había abandonado el castillo, solo quedaba Alfredo, su responsabilidad era dejarlo todo tal como lo había encontrado, limpio y ordenado, el último toque era apagar luces y cerrar la puerta, cuando al apagar la luz del vestíbulo sus ojos fueron a parar al gran cuadro que presidia el holl, las llaves se le cayeron al suelo y él sin apenas aliento estuvo a punto de ir él detrás ...allí estaba Gisel con el mismo vestido y sombrero.

La puerta se cerró y tras ella unas risas se oyeron ..tal vez fue un sueño tal vez casualidad pero la crónicas de sociedad dieron la noticia que la Dama de los sombreros Gisel Chardin había fallecido la noche anterior camino a su casa al  Castillo Lofrend  sus sombreros todos estaban destrozados por el grave accidente en letra cursiva decía  “La señorita Gisel era la modelo que mejor lucia las pamelas"

©Campirela

Relato perteneciente a la propuesta "El Sombrerero Loco"