(Autor: ©Buscador)
Sus deseos eran codicia por ser mejor en todo pero en
realidad era bastante mediocre. Soñaba con alcanzar el poder de la seguridad;
profundizar en su mente y encontrar la sabiduría para ser mejor que nadie pero,
todo eran descalabros. Los complejos se la comían por dentro por ser la última
de la fila...Ya tenía 18 años pero sus pensamientos se convertían una
maquinaria aplastante y seria por verse como una reina de la inteligencia.
Una noche de discoteca y de botellón supo del alcohol. La
sensación era bastante agradable y pudo experimentar nuevas sensaciones como si
su efecto y consumición fueran la piedra filosofal a sus sueños... De esa
manera bebía habitualmente para coger ese punto donde la magia de su mente se
ponía en acción. Llegaba a su casa borracha los sábados por la noche cada vez
con más frecuencia...
Pasó un tiempo y le dieron a probar un porro de marihuana. Su
efecto era verdaderamente maravilloso. Todo a su alrededor tomaba un nuevo
significado en belleza; sus efectos la aislaban de toda la gente y a la vez
vivía el momento con una felicidad inusual. En algún descuido su madre le
encontró chocolate y papel de liar. Las discusiones en la familia eran
continuas y sus nuevos amigos cada vez más y más sospechosos para sus padres
pues venían de la marginación...
Llegó la oportunidad donde probó la cocaína. El poder de su
mente se disparaba al mil por mil; era poderosa, genial, imbatible... maravillosa
en todos los aspectos hasta que comenzó a robar a su familia para una nueva
dosis.
Con el paso del tiempo más bien pronto que tarde se convirtió
en adicta al alcohol y a la cocaína. Un gitano le dio a probar la heroína una
noche. Se la inyectó poco a poco; bombeándole sangre al cerebro y después la
violó cada vez que ella lo requería hasta dejarla embarazada.
De esa manera por atracos y hurtos fue a parar a la cárcel de
mujeres. Todo su mundo se desplomó cuando un terapeuta le informó del engaño de
las drogas y ella, a punto de dar a luz, admitió que aquella inteligencia era
artificial.
(Relato perteneciente a la propuesta de Variétés: “IA”)
Un desastroso mundo donde se metió. No podía acabar de otro modo. Un abrazo.
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