ÉRASE UNA VEZ QUE SE ERA...
que la palabra dejó de ser tinta
para ser revoloteo
en la yema de los dedos...

Y las letras fueron hiedras;
frondosas lianas tocando el cielo.
Fueron primavera floreciendo;

... y apareciste tú...
tú,
que ahora nos lees...

Y se enredaron nuestros verbos,
nuestros puntos y comas,
se engarzaron nuestras manos
cincelando sentires y cantos.

Entre líneas surcamos
corazón al mando; timón
de este barco...

©Ginebra Blonde

viernes, 31 de marzo de 2023

Miedo


(Autora: ©María)
 
Image by- Josephine Cardin

 
MIEDO
 
Le aterraban las arañas. Era algo irracional, imposible de explicar. La sola idea de ver una le estremecía completamente. La náusea y el asco se apoderaban de ella. Desde niña le parecían los seres más repulsivos del planeta. Con esos cuerpos gorditos y peludos, como sus ocho patas articuladas. Esa cara con tenazas por boca. Esa pinta de insaciable depredadora hambrienta. El caso es que sabía que en su casa había una escondida. No sabía dónde, pero sabía que estaba aguardando pacientemente el momento oportuno para aparecer. Tejiendo su tela viscosa en torno a su escondite y al acecho. Y… ella, permanecía igual. Con una linterna escudriñaba uno a uno los rincones. Repasaba una y otra vez cada rendija entre la pared y el suelo. Se aprovisionó con tres botes de insecticida, lejía e incluso un bote de espuma de afeitar, nada era suficiente. Todo arsenal era poco, para afrontar el inminente combate. Así estuvo cinco días con sus noches. Obsesionada. Como si en el mundo se hubiera parado. Como si no hubiera nada más importante que localizar a aquel ser monstruoso. Recorría todas las estancias, subía y bajaba las escaleras. Repitiendo una y otra vez la auscultación minuciosa de todas las estancias. Finalmente el agotamiento la venció y calló exhausta. Debieron pasar varias horas. La despertó sentir algo pesado en su espalda. No podía abrir los ojos por más que se esforzaba en ello. Algo le arañaba el cuello, extendió muy despacio su brazo y sintió el horror. Finalmente consiguió entreabrir sus párpados. Un grito sordo y ahogado se escuchó como un estruendo en la habitación.
Después, nada. Silencio.


(Relato perteneciente a la propuesta de Variétés: "Humana-Mente")


3 comentarios:

  1. Has reflejado estupendamente ese miedo a las arañas, vamos que se ha sentido en toda la lectura. Buen relato, objetivo cumplido.
    Un beso

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  2. Con el repelús que me dan, María!! Pero reconozco que has escrito una historia impecable, me he metido en ese miedo -fobia y todo mi cuerpo ha reaccionado a las sensaciones descritas. Te felicito, preciosa.

    Mil besitos con cariño y feliz día ❤️

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  3. Esa aracnofobia le llevó a crear el monstruo verdadero, su miedo.

    Muy bien llevado. Un abrazo

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Gracias por tu visita y tu compañía... ©Gin

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