(Aire/Añoranza/Inefable)
Sobre el tejado un gato vigila y ronronea. El cielo, de un
azul nítido, suspira en la mañana acariciado por el aire tibio.
El vino, espumoso, se mece en la copa a la espera del calor
de sus manos. Ella cimbrea su etéreo cuerpo adentrándose en la estancia. En sus
ojos se refleja siempre un ápice de temor y de misterio que todo el mundo desea
adivinar. Frente a la palidez de los árboles sueña y bebe. El rumor del mar
irrumpe en su pensamiento y ella corre por sinuosos túneles huyendo de la
quietud.
Sus pies no han abandonado el suelo, pero ella es aire que
corre por los pasillos de su mente hasta encontrar el cielo; ese cielo húmedo
que a lo lejos se une siempre al mar. Dedos delgados y azules se deslizan por
su piel, despertando un inefable sentimiento. La añoranza la abraza y zarandea
haciendo de la luz cristal y espejo, que al mirarlo, atrapa el vetusto tiempo
donde ella es fragancia que se pierde en un sentido beso.
El gato ha tirado su pelota, el sonido sobre el suelo, alerta
sus sentidos, la vida sigue. Ella se mueve lentamente, no lleva prisa, nada la
espera.
©Sakkarah
Relato perteneciente a la propuesta "Elementos"
https://varietes-ginebra.blogspot.com/2018/06/elementos.html
Relato perteneciente a la propuesta "Elementos"
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Gracias, Ginebra...
ResponderEliminarUn beso con mucho cariño.
A ti, mi querida Carmen… Por escribir tan bonito, y acompañarme en este viaje de letras… 💕🌹
EliminarBsoss y cariños enormes! 😘