ÉRASE UNA VEZ QUE SE ERA...
que la palabra dejó de ser tinta
para ser revoloteo
en la yema de los dedos...

Y las letras fueron hiedras;
frondosas lianas tocando el cielo.
Fueron primavera floreciendo;

... y apareciste tú...
tú,
que ahora nos lees...

Y se enredaron nuestros verbos,
nuestros puntos y comas,
se engarzaron nuestras manos
cincelando sentires y cantos.

Entre líneas surcamos
corazón al mando; timón
de este barco...

©Ginebra Blonde

martes, 27 de agosto de 2019

Volver A Sentir



Mediados de Junio hay que ver como se han pasado seis meses del año, y como siempre llegando estas fechas no sé todavía que destino coger de vacaciones, otro año más viajaré sola.

Este año el curso ha ido mejor de lo esperado al menos la despedida no ha sido tan dura con los alumnos como años anteriores, la terapia me ha ido bien, no me llevo los problemas de mis alumnos a casa. Antes de irme de vacaciones he de concertar una cita con mi psicóloga hay algo que me inquieta, llevo dos semanas con unas pesadillas que no encuentro sentido en ellas. Solo sé que me despierto llorando y mi corazón a mil.
Son las siete de la tarde, acabo de terminar  la novela que me regaló mi amigo el día de mi cumpleaños. Como me conoce mi Sergio, este año en vez de romanticismos y sexo ha sido de intriga  un triller más que interesante, diría de ella "que el destino nos pone a prueba para que sepamos que existe".
Tal vez ese destino haya puesto hoy una prueba de fuego en mi vida... hace dos meses que mi relación no pasa su mejor momento y esta noche será decisiva, nunca puse condiciones pero sí reglas que respetar, no sé por qué sospecho que ya no somos tan cómplices, algo fluye  cuando estamos juntos que no arde ni chispea, y debo saber cuanto antes que es... sea lo que fuere lo prefiero a tener que perder esa magia que  hizo de nuestra relación especial.
Mis pensamientos dan un salto al oír el timbre del telefonillo, es el taxi que llamé hace quince minutos, no me gusta conducir de noche, prefiero que me lleven y no preocuparme de aparcamientos y si tomo una copa no tener problemas... Cojo mi bolso, retoco mis labios y salgo dispuesta a solucionar parte de mi vida... la otra deberá esperar…
_Buenas noches, por favor podría llevarme a Japanese Club
_Perdón, señorita, ¿no sabrá la dirección?
_Sí, Juan Bravo 11.
_Gracias, es la primera noche de ruta y aunque debemos saber todas las calles, como puede imaginarse estoy un poco perdido.
En ese instante no sé porque razón sentí una quietud que me invitó a pasear por la noche de Madrid con ese desconocido. Tal vez fuera una locura pero con gran tranquilidad cuando puso el taxímetro a funcionar, le dije:
_Sabe usted he decidido que antes de poner en el GPS la dirección que le he dado, demos una vuelta por la ciudad, hace una espléndida noche y no importa si llego un poco tarde... esperará...
_El hombre sin girar su cabeza, solo contestó, usted manda, y yo obedezco.
Pasamos por el retiro, donde las puertas todavía seguían abiertas, las parejas iban de la mano y otras correteaban en plan de juegos, eso me hizo recordar que hacía tiempo que mis juegos y risas con Daniel, eran cada vez menos, en segundos me hundí en una tristeza que sentí mis lágrimas correr por mis mejillas, parecía un mar en pleno oleaje, en mi cabeza solo oía la voz de mi madre, decirme... ese chico tiene mucho mundo y tú, estás empezando a vivir... Por qué la familia en estas cosas casi nunca se equivocan, era cierto Daniel era mucho mayor que yo, eso fue lo que me atrajo de él, pero también era cierto que él ya había vivido una vida yo la tenía que vivir.
Mis pensamientos eran una huida continua, deseaba y amaba a ese hombre pero no era feliz, faltaba algo, y no sabía que era, tal vez nuestra comunicación empezaba a fallar, en ese instante no pude controlar mi llanto ya no era privado, noté como el coche iba disminuyendo la velocidad hasta que el motor se paró...

_Señorita, yo no quiero ser indiscreto pero creo que a usted le pasa algo, desea salir del coche y dar un pequeño paseo, tal vez su mente se recoloque y cuando llegue a su cita tenga bien pensado sus argumentos.
_Tardé un minuto en abrir la puerta y darle las gracias, por favor espéreme necesito unos minutos tomar el aire, en él siempre vienen mensajes que aclaran las ideas.
Caminé despacio, no era una huida, era coger fuerzas y aclarar pensamientos el tiempo no me importó hasta que mi móvil sonó...
La pantalla decía que era Daniel, titubeé en cogerlo o dejarlo sonar... aún faltaba veinte minutos para la hora en la que habíamos acordado vernos, eso me inquietó y decidí cogerlo...
¡Hola Daniel ha pasado algo!
No cielo, estás en casa o estás de camino
Voy a salir en este momento, cogeré un taxi
Mi vida, perdona que te llame tan justo de tiempo, pero no voy a poder verte hasta dentro de dos horas, tengo un pequeño problema y he de solucionarle, _ te importa _
En realidad me viene bien, así tengo más tiempo para mí, de acuerdo en el mismo lugar a las diez...
Gracias, eres un tesoro... nos vemos un beso.
Me quedé mirando la pantalla mi mente estaba bloqueada, porque le había mentido, era un poco absurdo, no quise pensar en ello, debería decirle al taxista que me cobrase pues dos horas no íbamos a estar dando vueltas por la ciudad ni bolsillo que lo pagará...
_Perdone, será mejor que me diga que le debo, voy a quedarme paseando.
Su mirada era extraña, como pensando esta mujer Intrépida no sabe su destino, pero eso no me compete a mí...
Vi cómo se alejaba, en dirección opuesta a la mía, tenía dos horas libres para pensar y colocar cada pieza en su sitio, la calle vibraba de gente, de sonidos, risas, charlas, cuando se cruzó un gato en mi camino, negro como la noche y ojos claros como el cielo, no sé de donde pudo salir pero faltó poco para que por su culpa caer, sus maullidos hicieron que le siguiera con la vista, en ese momento vi salir a Daniel de una agencia de viajes, iba solo, con su cartera, él no me vio pues con el susto del minino estaba colocando mi vestido, con disimulo giré en la esquina y vi cómo se alejaba, al llegar a un punto le perdí entre la gente.
Caminé rumbo hacía Club aún quedada tiempo pero tenía una buena caminata, suficiente para pensar en todo, como iba abordarle que nuestra relación estaba en punto muerto, o le hacíamos el boca a boca o moría..., mientras caminaba iba pensando cómo le conocí y que fue lo que atrajo de él, era tan especial, su manera de entender la vida me gustó desde el minuto uno y creo que en el dos ya estaba enamorada de él... hay que ver como es la vida un continuo movimiento de idas y venidas incluidos los sentimientos.
Estaba en la puerta, mi aspecto era sereno, me vino ideal caminar y pensar,... entré y mis ojos se posaron en la mesa que siempre reservábamos, y allí estaba Daniel con una copa de vino...
_Hola mi amor, estás bellísima
_Hola Daniel, llevas mucho esperando,
_No, el tiempo de ponerme una copa de vino.
El encuentro fue como de costumbre atento y cordial, le noté agitado y con ganas de contarme algo, esta vez  dejaría que tomara él el rumbo de la conversación,
El Maître nos cogió el pedido y nos sumergimos en una conversación de preguntarnos por nuestros respectivos trabajos y futuro verán...
Todo iba bien, sin altibajos ni sorpresas cuando, sacó de su cartera, un sobre y lo dejó encima de la mesa.
Me cogió las manos y sus ojos grises se clavaron en los míos, y una voz que hacía tiempo no la sentía me dijo:
Es hora de hacer algo, sé que llevamos tiempo en la misma frontera creo que es hora de pasarla.
Mi cara tuvo que ser un mapa, pero no abrí la boca, dejé que hablara. Cariño hace meses que te siento lejos de mí, sé que el trabajo nos agobia a ambos pero si algo teníamos claro de nuestra relación era que sería libre que nuestro amor no sería una rutina y que antes que eso pasara seríamos leales a nosotros mismos, por eso quiero volver  a sentirte cerca de mí, quiero tener a la mujer que me enamoró, quiero tener tus risas, tus llantos, quiero no sentir esta soledad, si tú me acompañas, en este camino estoy convencido que esto solo será un bache, que pasaremos con nuestras botas katiuskas para saltar sobre él y poder volver a volar...
En ese momento me sentí florecer, ahí estaba el hombre que me enamoró una noche llena de misterio...
Desde ese día, nuestros encuentros eran de dos amigos, más con momentos de placer y deseo, pero compañeros de viaje y leales amantes, eso era lo que siempre quisimos de nuestro amor un sueño... y estaba sucediendo ¿cuánto podía durar? no, nos importaba, solo queríamos los momentos el presente... nuestro amor fue creciendo y madurando...
Aquel verano no viajé sola, él me acompañó mejor dicho nos acompañamos mutuamente... la felicidad no está escrita, la escribimos día a día.



Relato perteneciente a la propuesta: "Hacemos las maletas"



3 comentarios:

  1. Un relato lleno de realidades y esperanza... cuando dos todavía (se)quieren... todo es posible. Me ha encantado tu manera de narrarlo, mi querida amiga.

    Te felicito.

    Mil besitos con cariño y feliz noche ♥

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  2. Mil gracias Auroratris por tu generoso comentario y tus palabras .
    Para ti besitos y abrazos con todo mi cariño.

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  3. Ya te lo he dicho en tu blog y te lo repito por aquí: es genial tu relato, manteniendo la expectación hasta el final.
    Un besazo, preciosa

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Gracias por tu visita y tu compañía... ©Gin

Gracias por tu visita y tu compañía... ©Gin